Desde que la vio en Euphoria, hace ya cuatro años, Casey Cadwallader, director creativo de Mugler, quiso que Hunter Schafer (Nueva Jersey, Estados Unidos, 24 años) fuera su embajadora. Lo consiguió en 2021, cuando protagonizó junto a otras mujeres trans, como Dominique Jackson (Pose), uno de sus desfiles, y ahora, por fin, la ha convertido en el rostro de la fragancia Angel, el producto más icónico de la marca. “Me interesa la moda desde que era pequeña, y siempre me ha interesado Mugler, su idea poderosa y compleja de la feminidad. Fui a ver su retrospectiva en el museo de Brooklyn el invierno pasado y conocí la historia del frasco, vi las campañas antiguas… y de repente estoy aquí”, comenta a través de Zoom, vestida con uno de esos monos de lycra que Cadwallader ha sabido viralizar en esta nueva etapa de la firma.
Hunter creció aprendiendo a sacarle partido a la moda, “desde pequeña me gustaba probar distintas combinaciones para expresarme, y al final terminé como modelo”. En sus últimos años de instituto, participó en una campaña digital de Marc Jacobs realizada a través de un casting en redes sociales y con 18 se trasladó a Nueva York. En un año ya había desfilado para casi todas las marcas importantes. “Fue todo muy rápido, un día estaba haciendo una sesión de fotos y al siguiente desfilando, tuve que aprender cómo funcionaba todo de forma acelerada”, explica. Justo cuando pensaba matricularse en Saint Martins para convertirse en diseñadora, su agencia la convenció para probar suerte en una prueba para una serie en la que buscaban actrices trans: “Ni siquiera sabía que era Euphoria. Tampoco me había planteado nunca ser actriz”, dice. Pero su papel como Jules la catapultó al estrellato. Aquel personaje fue creado un poco a su medida (de hecho colaboró con el guion en algunos capítulos), pero ahora, con varios proyectos en perspectiva, entre ellos la precuela de Los juegos del hambre, de la que no habla debido a la huelga de guionistas, confiesa que se tiene que esforzar para interpretar: “Lo que más me cuesta es ponerme en la piel de los personajes. Me intimida un poco intentar identificarme con lo que piensan y sienten, hacerlo bien, es una especie de juego mental que me asusta, porque me lo tomo como algo espiritual de algún modo, ser otra persona y convencer siendo otra persona”.
En estos tres años desenfrenados, Schafer se ha convertido en una especie de icono juvenil. Ha pasado de posar con las prendas de otros a elegir qué ponerse para alfombras rojas que mira todo el planeta. Y le encanta. “Tienes la oportunidad de expresar cosas distintas, de vestir como no ha vestido nadie. Al principio era más difícil, porque por inseguridad tú quieres ponerte, no sé, una camiseta como vestido, ser tú, y te dejas llevar por el entorno y acabas pensando en atuendos convencionales. Pero ahora ya lo veo como una herramienta para expresarme con la ropa”.
Pero sobre todo se ha convertido en un referente generacional, hasta el punto de ser nombrada por la revista Time uno de los 100 talentos del futuro; ella, por su parte, es consciente de la responsabilidad que conlleva: “La gente de mi edad tiene que lidiar con muchos problemas sociales y creo que en internet hemos encontrado una vía de escape. Yo misma he crecido buscando referentes e intentando ser creativa a partir de las herramientas que hallaba en la red”, opina, “pero me gusta mi generación. Toda esa cultura digital en la que nos movemos ha hecho que demos importancia a cosas como el humor o la ironía como forma de lidiar con el mundo. Me gusta eso, y me gusta que no haya etiquetas, que se pueda ser creativo sin ningún tipo de límite o de categoría”. Entiende que se refieran a ella como actriz, pero no es actriz en sentido estricto: “Digamos que estoy explorando. He dirigido un videoclip, estoy pintando y escribiendo… no creo que haya que encasillarse, al menos no por el momento. Quiero trabajar con gente creativa de la que aprender, del tipo que sea”. Hace cuatro años quería estudiar diseño, ahora no lo tiene tan claro: “Justo en eso estoy invirtiendo mi tiempo, en ver qué quiero estudiar. No he ido a la universidad aún, así que no he tenido que elegir un camino. He probado distintas cosas y quiero probar otras para tener claro qué carrera elegir. Me gusta actuar en cine o series, pero me gustaría hacer más cosas, incluso dirigir películas en un futuro”.