Cuando Caroline Polachek fundó con el batería Aaron Pfenning la banda Chairlift allá por 2005, su única pretensión era hacer música para casas embrujadas. En las entrevistas aseguraban tener un plan sin fisuras: sería música espectral, llena de loops esotéricos y sonidos aterradores, pero lo bastante comercial para llamar la atención de la gente de semejante nicho inmobiliario. En la práctica, las canciones de la banda neoyorquina serían muchísimo más pop, lo suficiente como para acabar en un anuncio de auriculares y que el mundo descubriese a una artista enigmática e inclasificable que, incluso ahora, en solitario y convertida en una auténtica diva indie tras su primer disco Pang continúa atrapándonos en ese universo extraño, abstracto, desbordante de sentido de humor.
Porque todos esos rasgos marcan el ritmo de la fiesta de promoción que BIMBA Y LOLA ha preparado junto a la cantante y compositora neoyorquina para despedir el curso 2023 y presentar una colección con mucho corazón. En el sentido más literal. Hay que atravesar los cortinones de glitter para llegar a la improvisada pista de baile. Las mesas están a un lado, repletas de espumillón, ponche de huevo y tartaletas de nata; y una extraña neblina parece recorrer el espacio, transformándolo en una discoteca a punto de implosionar. “Welcome to my island. Hope you like me, you ain’t leaving”, [Bienvenidos a mi isla. Espero que te guste, no te irás], parece decirnos Polachek, tras entonar su electrizante grito de sirena, agarrada a su nuevo Hobo Pocket Bag de cristales de Swarovski. Estamos dentro y, la verdad, no nos vamos a ningún sitio.
La firma vuelve a adelantarse a las fiestas con una campaña navideña, fotografiada por la canadiense Petra Collins, donde celebra a sus disidentes musas creativas y las corona en las reinas del baile. Aquí no hay transformaciones estilísticas, como en esas películas comerciales donde para lograr el título había que dejar de ser una misma. Polachek derrocha tanta personalidad como Andie Walsh (Molly Ringwald, la auténtica prom girl), pero en lugar de un vestido rosa, se ha enfundado en un total look de cuero rojo más acorde a su estilo, con un maxitop con broche de corazón y un pantalón con piercings de metal con vocación de volverse viral. Tampoco sonríe cuando enfrenta el objetivo con su mirada felina, como tampoco lo hace sobre el escenario: “porque me fastidia que a las mujeres se nos pida siempre que lo hagamos”, sentenciaba en una entrevista en EL PAÍS. Parece una especie de Miercoles Addams, la chica nerd e intelectual que solo acude a la fiesta por curiosidad antropológica y, con tan solo uno de sus extravagantes bailes, se acaba convirtiendo en la estrella de la noche.
Tampoco esperéis una corona: Las dancing queen de BIMBA Y LOLA comparten un accesorio que brilla con luz propia, su nuevo Bolso Hobo Pocket con cristales de Swarovski. Un diseño icónico elaborado en piel —la silueta la conocemos bien, con doble asa de mano y sus dos característicos bolsillos—, que esta temporada se cubre de fantasía, con cristales clásicos de Swarovski en forma de corazones. La cantante, bajo el foco de Petra Collins, se encarga de interpretar la personalidad de cada diseño – hay un color para cada reina del baile: negro, rojo, burdeos, hueso, musgo y verde–, trazando esta fábula festiva de tintes oscuros y sensuales por el que ambas son conocidas.
La fotógrafa canadiense repite un año más con la firma, tras dirigir el fabuloso cortometraje BIMBAYLOLIZED junto a Natasha Lyonne el pasado otoño que, al igual que Expediente X, “nos hizo creer” en aquello que no podíamos ver. Los motivos alienígenas de aquella colección, dan paso ahora a un símbolo más romántico: el corazón. La firma juega con su silueta, plasmándolo en diseños que trascienden la colorista estética pop para acercarlo a un gótico renovado: vestidos dramáticos con siluetas abombadas, diseños con flecos y tiras asimétricas, slip dress con escotes drapeados… Una propuesta que se completa con bisutería de piedras de colores en forma de corazón y estrellas plateadas de grandes dimensiones que parecen un amuleto en sí misma. El objetivo es firme: brillar estas fiestas.