sábado, diciembre 14

Elena Rivera: “Para mí no hay mejor ‘like’ que quedar con un amigo en un bar a tomar algo” | Placeres | S Moda

A la hora de preparar el papel, Elena Rivera (Zaragoza, 31 años) partía con ventaja. Con un empaque digno de folclórica, a los seis años ya encandilaba a millones de espectadores con su versión del tema Juntos, de Paloma San Basilio, en el formato Menudas estrellas. Y sí, han pasado los años, pero no el idilio del público con la actriz que cimentó sobre la inolvidable Karina de Cuéntame cómo pasó una de las carreras más fértiles y aclamadas de la industria actual. Por eso volver a dar vida de nuevo a San Basilio en Camilo Superstar, la nueva serie de Atresplayer sobre el desafío que supuso la adaptación del icónico musical, es un autorregalo muy especial: “Sentí que era como darme un homenaje a mí misma”.

Bertín Osborne la presentó en Menudas estrellas como “una monería que canta de miedo”. ¿Sigue vigente esa definición?

(Ríe) No sé si soy una monería, pero es verdad que soy una persona alegre a la que le cuesta enfadarse. Pasen los años que pasen, voy a mantenerme con mis valores, no hay que olvidar nunca de dónde vienes. Y sí, sigo cantando en casa, es mi pasión, pero tienen que valorar otros si lo hago de miedo.

Al igual que Camilo Sesto desató un fenómeno fan sin precedentes, ¿de quién se considera usted fanática?

Siento admiración absoluta por Audrey Hepburn, incluso tengo una pintura de ella en la pared. Esa luz que irradia, esa clase, esa elegancia, esa forma de bordar cualquier papel. Además, no le hacía falta ningún tipo de escándalo, solo se hablaba de ella por su trabajo. Me gusta empaparme sobre ella.

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Cuéntame, Inés del alma mía, Los herederos de la tierra, Camilo Superstar... ¿Qué les da a los directores de casting?

Intento ponerle verdad a todo. Soy muy de tripas y de desgarrarme, eso me lo dicen mucho, pero tampoco sé afrontarlo de otra forma. Cuando oigo “¡Acción!” me vengo arriba, no me ando con miedos o medias tintas. Tengo suerte de poder trabajar tanto.

Se la califica habitualmente como el rostro de su generación. Si es así, ¿qué análisis hace sobre la misma?

Creo que vivimos en una sociedad muy caótica, en la que todo va muy deprisa y no puedes parar. Da igual la generación, pero parece que dedicar tiempo a uno mismo se está convirtiendo en un privilegio. Quizá tiene que ver con las redes, que nos condicionan y tratamos de dar una imagen de nosotros que no es real.

En Instagram da la impresión de que todo el mundo hace cosas interesantes todo el rato.

Y te sientes mal si no haces tanto como el otro, es un poco tóxico. Por eso me gusta tener los pies en la tierra y que sea algo como más humano, no quemarlo todo tan rápido. Para mí no hay mejor like que quedar con un amigo en un bar a tomar algo.